De pequeño para cenar mi Madre siempre nos ponía leche con galletas. Decía que la cena debía ser ligera para así poder conciliar mejor el sueño y levantarse descansado al día siguiente. Hoy, pienso, que aunque no le falte parte de razón, la situación económica que teníamos por aquel entonces no nos permitía otra cosa que la leche con las galletas.
Una noche, después de un día duro de trabajo, mi madre nos sirvió huevos revueltos con unas tostadas, pero estas estaban un poco quemadas y se habían quedado bastante duras.
Mi Padre empezó a cenar, saboreando cada bocado de las tostadas y mirando a mi madre cariñosamente, le sonrió. Me miró y me pregunto: ¿Qué tal te fue el día en la escuela, hijo?
No recuerdo mi respuesta, pues estaba pensando en que no le gustarían las tostadas quemadas y me sorprendió mucho el observar como disfrutaba con la cena de esa noche tan especial.
Al ir a dormir fui a darle un beso de buenas noches a Mamá y a Papá, y le pregunté si de verdad le habían gustado las tostadas, porque a mi me parecieron muy amargas y duras.
El me cogió en brazos y me dijo lo siguiente:
-Hijo, tu madre seguramente ha tenido un duro día de trabajo y se encuentra cansada y unas tostadas quemadas no le hacen mal a nadie. La Vida está llena de pequeñas imperfecciones y no existe nadie perfecto. Con el tiempo te iras dando cuenta de que las personas tienen muchas faltas. Tampoco yo soy el mejor marido, ni el mejor empleado, ni tan siquiera el mejor Padre, aunque todos los días desde que tu naciste lo intente.
Por eso te digo, pequeño, que debes esforzarte en ser siempre tolerante, especialmente con quién te dedica una parte de su precioso tiempo de vida, a ti y a los demás.
Las personas, con el tiempo, se olvidarán de gran parte de las cosas que les hagas o que le digas, pero jamás se olvidarán del modo en la que las hicistes sentir.
Nota: Tengo la gran alegría de saber que mi Padre era exactamente igual al personaje de este pequeño relato y me consta que hacía sentirse muy querida y respetada a mi Madre y a todas las personas que lo conocían.
A él va dedicada esta humilde entrada del Blog.
Un beso Papá.
Fran.